jueves, 9 de agosto de 2007

SUEÑAS TU MUNDO

Se dice vulgarmente que “todos los caminos conducen a Roma”. En el terreno de las creencias hay que señalar que no todos los caminos conducen al conocimiento de la verdad. Tener libre albedrío no quiere decir que tú mismo puedas establecer la manera de retornar a tu Hogar.

El mundo suele distinguir entre creyentes y no creyentes. Se dice que creyente es aquel que practica una religión; quien no, no es creyente. El diccionario dice que creyente es “que cree”. La definición del diccionario es correcta. Todo ser que cree algo es creyente. Todo ser viviente tiene fe en algo, por lo tanto, cree, es creyente.

Pero si nos referimos a la acepción religiosa de la palabra “creyente”, abarcando tal concepto la creencia en Dios como lo que Dios es: El Ser todopoderoso, infinitamente amoroso y omnipresente, hay que decir sin ninguna ambigüedad que no es en Dios precisamente en Quien se cree.

El mundo es descreído. Pues no se puede creer en algo de lo cual se ignora todo. No es posible conocer a Dios si antes no se dispone del conocimiento de uno mismo. Ni es posible conocerse uno mismo si no conoce a sus semejantes.

El mundo no cree en Dios porque lo desconoce. La creencia en el mundo que ves y la creencia en Dios son dos creencias completamente incompatibles. El mundo no ama a Dios porque no lo conoce, pues si lo amara, dejaría de ser el mundo.

En tu ilusión de creyente te consideras un ser aparte de Dios. ¿Cómo imaginar que siendo Dios omnipresente pueda existir alguien o algo aparte de Él? Pues estando tú separado de Él constituirías un poder además del Suyo, aunque te creyeras un poder muy pequeño. Pero un poder al fin. ¿Cómo podría ser Dios, entonces, todopoderoso sin contar contigo? Tú te habrías apropiado para ti de un poco de poder, el cual se lo habrías arrebatado a Él. Siendo Su Voluntad única, no puede existir ninguna otra que contradiga a la Suya.

Cuando Dios creó a Su Hijo, estableció un acuerdo eterno diciéndole: “Te amaré eternamente como tú a Mí. Sé tan perfecto como Yo, pues nunca podrás estar separado de Mí”. Su Hijo le respondió: “Sí, Padre”. Y según este pacto, creó Dios a Su Hijo. Y la Voluntad del Padre es compartida eternamente con el Hijo. Y no hay ninguna otra voluntad ni puede haberla.

¿Qué significa un mundo que parece desmentir todo el pacto? La Biblia aclara que el Hijo de Dios cayó en un sueño profundo. Sin embargo, no dice que el Hijo despertara del sueño. Y el contenido de los sueños no contempla en absoluto la realidad. Y toda construcción que no tenga una base firme y consistente dará como resultado algo irreal y desquiciado.

Ese es el lugar en el que crees vivir. Todo parece ser cambiante en tu mundo. Ningún día será parecido al día anterior ni al posterior. Todas las figuras que lo constituyen son diferentes entre sí y están en permanente cambio. No encuentras nada estable ni fiable, ni totalmente admisible ni aceptable. Lo que hoy te parece bueno, mañana te parece diferente y acabas detestándolo. Cuando crees tener algo seguro, se te esfuma de las manos. Tú mismo desmientes hoy lo que afirmaste ayer y negarás mañana lo que afirmes hoy.

Estás seguro de que te encuentras sometido a los designios del destino, contra lo que nada puedes hacer. Te sientes como una paja a merced del viento. Ves cómo fuerzas externas a ti gobiernan tu vida y te marcan el paso sin que tú puedas evitarlo. Cuando más seguro crees sentirte, te azota una enfermedad y trunca tus proyectos e ilusiones.

Ante tal suerte de situaciones incontrolables por ti, te sientes impotente y abandonado, acorralado y amenazado por todo lo que te rodea. Y tú, indefenso e inocente, te ves obligado a aguantar las humillaciones y empujones que te llegan por todas partes:

- En tu hermano ves siempre a tu enemigo, o como mucho a un amigo sobre quien debes mantenerte en permanente alerta porque en cualquier momento puede traicionarte, y no dudará en hacerlo si bajas la guardia.

- Lamentas no poder decidir sobre tu futuro sin intromisión exterior, pues si pudieras, te sentirías seguro y en paz.

- Jamás te encuentras satisfecho con lo que tienes, pues tus necesidades y proyectos cambian de un día para otro, y nunca encuentras satisfacción total en tus logros.

Si el mundo dependiera de ti, harías un hábitat más justo, más lógico y excento de peligros. Pero tú no pintas nada en este juego. Sencillamente eres manejado por unos hilos invisibles que alguna fuerza extraña mueve a su antojo. Pensando para tus adentros, no puedes explicarte cómo pudo hacer Dios un mundo tan disparatado y cruel, en el que a Sus Hijos no les queda otra opción que aguantar y sufrir, y, sobre todo, sin haber una razón clara que lo pueda justificar.

No hay comentarios: